HOLA FAMILIAS
Una nueva semana comienza, a recargar pilas para continuar aprendiendo por medio del juego. Siempre estoy en casa esperando ansiosa sus actividades. Cualquier consulta no duden en consultar.
Seño Andre
LUNES: Seguimos
jugando y aprendiendo los números con mucha diversión. Hoy les presento un
juego nuevo un juego de emboque en una bolsa, tela o canasto, tratar de embocar
5 pelotitas, luego contar cuántas se embocaron, podrán jugar dos o más
personas.
Podrán hacer el juego más divertido con las
siguientes ideas… Podrán hacerlo con cualquier tela o cartón y las pelotitas si
no tienen podrán hacerlas con diario.
MARTES: Cerramos la
colección de los hermosos cuento de los animales, se animan a realizar la
puesta en común sobre todos los animales que conocimos?
A continuación les dejo la tapa de los cuentos
leídos, se animan a decir que animales ven en cada una de ellas?
MIERCOLES:
Terminando
con el mes de Mayo vamos a ir cerrando otro tema que venimos trabajando, en
este caso con nuestro artista Jackson Pollock, para eso los invito a buscar en
casa alguna remera lisa que ya no se use más o que este viejita, saben para
qué? Se imaginan? Si, para dejar un recuerdo de este hermoso proyecto en una
prenda, que él o la que quiera podrá usarla, recuerden algo importante la témpera
en este caso no tendrá que estar diluida con agua.
Podrá quedar algo parecido a este modelo…
JUEVES: En esta
oportunidad le vamos a pedir a un adulto que nos lea el siguiente cuento.
María
llevaba persiguiendo a su mamá varios días pidiéndole algo: necesitaba un
disfraz para carnaval. Se lo pedía a toda hora, pero su madre siempre tenía una
excusa para no hacerle caso: hay que hacer deberes, tengo que preparar la cena,
ahora voy a la compra, tu hermanito me necesita...
Quedaban solo cinco días para la fiesta del colegio y María todavía no tenía nada que ponerse. A cuatro días de la celebración, su madre seguía con muchas cosas por hacer y no la ayudaba con el disfraz. Cuando quedaban solo dos días, María no pudo más y se puso a llorar muy fuerte.
- ¿Qué te pasa María? - le preguntó su madre.
- ¡Mamá, llevo varios días pidiéndote un disfraz para mi fiesta de disfraces de carnaval y no me ayudas! - protestó entre lágrimas la niña.
Vamos
a casa de la abuela, no te mostré nunca, pero en el altillo hay un baúl muy
especial. Allí guardamos todos los disfraces que la abuela me hizo cuando yo
era pequeña, y son muchos porque me encantaba jugar a disfrazarme. Te van a
encantar – le dijo la mamá - son preciosos.
Los
ojos de María, aún con lágrimas, se abrieron como platos al escuchar las
palabras mágicas: baúl y disfraces. María y su mamá se fueron a la casa de su
abuela. Cuando Abu abrió la puerta, María pasó muy rápido casi sin saludar y
subió casi volando los escalones hasta llegar al altillo.
Su
mamá corrió tras ella y Abu iba detrás por saber qué ocurría cuando vea el baúl.
La mamá retiró algunas cajas y un antiguo baúl de madera apareció ante sus ojos
como si de un tesoro pirata se tratara. Al abrirlo aparecieron pequeños
disfraces, todos ellos doblados muy bien aunque con un cierto olor a viejo como
a ropa guardado.
-
Quiero probarme este de bailarina - dijo María. Pero unos segundos después se
dio cuenta de que le estaba enorme.
-
Lo intentaré con este de payaso - insistió, aunque había perdido los colores y
se veía un poco desvaído.
-
¡Ah, este es de princesa! - gritó con entusiasmo, pero no pudo meterse dentro
porque era muy pequeño.
María
iba perdiendo la paciencia y la ilusión mientras sacaba uno y otro disfraz y
veía que ninguno encajaba con el vestido de carnaval que ella quería. Se había
sentado en el suelo desolada cuando su madre dijo en voz alta:
-
¡Mi disfraz de hada!, los ojos de mamá parecieron volver a tener 7 años
mientras sacaba el pequeño paquete que quedaba al final del baúl.
Al
abrirlo salieron unas preciosas alas que conservaban perfectamente la purpurina
y los dibujos que Abu había hecho tantos años atrás. Cuántas veces se había
puesto aquellas preciosas alas y había imaginado ser un hada que podía hacer
magia allí por donde pasara.
María
se levantó del suelo rápido y corrió a ponerse las alas.
-
Soy una mariposa... soy un hada... soy una mariposa hada - decía la niña riendo
mientras corría alrededor de Abu y su mamá.
María
ya no se sacó las alas en todo el día, de hecho, su madre tuvo que convencerla
para que no durmiera con ellas, no se fuesen a estropear. El día de la fiesta
de carnaval en el colegio fue uno de los mejores para María, le daba igual que
sus amigas llevaran vistosos trajes nuevos de león, astronauta o de personajes
de cuento. Ella era la niña más feliz del mundo con sus alas mágicas de
mariposa hada y no paró de agitar su varita mágica intentando hacer realidad
los deseos de sus amigas.
Pero
aquí no acaba la historia, ¿Sabés lo que ocurrió después de la fiesta? Shhh, no
se lo digás a nadie: mamá tomó las alas, se las puso y se miró al espejo. Por
un momento le pareció ver a aquella niña que soñaba con hacer magia.
Luego de disfrutar este cuento, podemos contarnos,
si les quedo a ustedes algún juguetes de algún integrante de la familia cuando
ellos/ellas eran chicos? Cuál es? Cómo se sintió ese integrante al ver ese
juguete que jugaban de otro niño/a de la familia después de tantos año?
VIERNES: Para
cerrar la semana jugaremos una vez más con el guante de los ratoncitos y los
quesitos pero con una consigna diferente, esta vez será de la siguiente forma:
"Un quesito para cada ratón".
Un adulto manejará el títere y levantará una
determinada cantidad de dedos (ratones) deberán contar junto con los niños
cuántos ratones hay levantados y tomar la cantidad de quesitos
correspondientes. Por ejemplo: Si el adulto levanta 4 ratoncitos se deberán
agarrar 4 quesitos. Es importante tomarse el tiempo necesario para contar las
cantidades junto con los niños
Espero sus videos jugando…
Gracias seño ❤️🙋🏼♀️🥰 familia Rodriguez
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